Conocemos a Mireia Léon, psicóloga de ESPAI MIM


¿Qué es lo que más te gusta de trabajar con niños y familias?

Las personas no venimos con un manual de instrucciones debajo del brazo que nos defina, nos describa cómo funcionamos y establezca las bases para poder relacionarnos con nuestro entorno. Es por ello qué personalmente me fascina descubrir el mundo interior de cada niño y como se entrelaza con su entorno, incluyendo familia, escuela y sociedad. Conocer esos laberintos propios de cada personita nos da la oportunidad de acompañarlos en su desarrollo y mostrarles maneras de navegar las dificultades y catapultar las potencialidades. 

Además, ¡Me maravilla la visión del mundo y de las relaciones que tienen los niños!

¿Qué aportas a ESPAI MIM?

A nivel personal pienso que aporto mi energía y mi actitud activa y flexible, mi curiosidad y ganas de aprender. Creo mucho en la idea de sinergia en un equipo, donde el resultado final es más que la suma de sus partes, y en base a ello me gusta creer que también proporciono sensación de unidad y red. 

A nivel laboral considero que principalmente sumo mediante mi visión sistémica y relacional, marcada por mi tendencia a contemplar mucho el entorno donde se encuadra el niño o adolescente. Una perspectiva que procura ampliar el foco hacia una comprensión global de las dificultades, y una valoración de esta dentro de un contexto determinado. 

 ¿Cómo es tu domingo perfecto?

Mi domingo perfecto se caracteriza por la tranquilidad y la desconexión, aunque puede ser mediante muchas formas. La idea de parar, ordenar pensamientos, focalizar acciones, recargar baterías. Tanto puede ser un día entero perdida por la montaña, como sentada en un banco leyendo en la playa o haciendo un maratón de películas en casa. Un punto clave dentro de este domingo relajado es el capricho de la comida y el buen humor y risas. 

Explícanos una experiencia inolvidable

Mi última experiencia inolvidable ha sido realizar un tramo del Camino de Santiago. Dado el trajín cotidiano, para mi significó hacer un paréntesis en todos los sentidos de mi vida. Todas tus energías, necesidades y pensamientos van enfocados a ese momento y sitio concreto. La vida se reduce a caminar, comer, descansar, dormir, hablar con personas, y repetir todo de nuevo. El desgaste general que conlleva esa experiencia te hace reiniciarte a nivel físico y mental, reinventando la idea de fortaleza y resistencia. Además, la gran suerte de realizarlo acompañada me ayudó a forjar lazos personales a muchos niveles.