¿Cuando debo llevar a mi hijo al logopeda?

¿Has oído a alguien cercano decir que lleva a su hijo al logopeda? Lo más habitual es relacionar a un logopeda con la ayuda en la adquisición de algún sonido alterado, como la mala pronunciación de la /r/ o la /s/, sin embargo un logopeda también trabaja las alteraciones, dificultades y/o trastornos relacionados con el lenguaje oral, la comunicación, deglución, lectura y escritura, audición y voz.

Cada niño es único y diferente y por eso tendrá su propio ritmo de aprendizaje pero existen algunos aspectos, comunes a los niños de cada franja de edad, que nos ayudaran a detectar los signos de alerta. A continuación os dejamos un listado de algunos de los casos más habituales en las consultas de logopedia.

• Dificultades de aprendizaje escolar: Niños que presentan dificultades para la correcta adquisición de la lectura y la escritura. Realizan una lectura en ocasiones mecánica que puede afectarles también a la comprensión de ésta o una escritura con errores gráficos comunes (inversiones y problemas ortográficos).

• Dificultades en el habla: Niños que presentan dificultades para articular (crear) algún sonido. Esto puede ser debido a varias causas, algunas de ellas pueden ser simplemente un mal hábito en la adquisición de dicho sonido, una mala posición de la lengua o problemas físicos que impidan la emisión, como por ejemplo un frenillo lingual corto, entre otros. 

• Dificultades en la deglución: Cuando el patrón deglutorio (de tragar) no es correcto estamos delante de lo que se llama “deglución disfuncional”. Se caracteriza por la mala posición de la lengua que empuja a los dientes, y esto genera un mal cierre dental. Esto puede acarrear algunas dificultades, como por ejemplo, una falta de cierre labial, malformación dentaria y respiración oral, entre otros. 

• Dificultades de comunicación: Cuando la falta de vocabulario y dificultades para construir frases nos impide comunicarnos correctamente y esto afecta a nuestras relaciones sociales. 

• Voz: Un mal uso de nuestra voz puede comportar problemas en la voz, como nódulos o pólipos vocales que provocarían una disfonía (quedarnos sin voz). 

• Dificultades de audición: las infecciones de oído y las pérdidas de audición pueden provocar una mala adquisición de los sonidos y una mala articulación de estos sonidos a la hora de hablar y producir las palabras.

Estos, entre otros, son algunos de los motivos más comunes en la consulta de un logopeda. Es importante tener en cuenta que una atención precoz e inicio de tratamiento a tiempo, es imprescindible para una buena recuperación y conseguir los resultados esperados. Si tenéis dudas sobre si debéis llevar a vuestro hijo al logopeda, es mejor que consultéis con algún profesional para que os pueda aconsejar sobre cuáles son los pasos más recomendables a seguir: esperar un tiempo o iniciar la intervención logopedica.